#NosEstánMatando: animales no humanos en el marco del paro nacional

por | May 11, 2021

Desde el 28 de abril Colombia ha vivido días cargados de movilizaciones producto de una serie de demandas de amplios sectores de la sociedad, demandas que se han acumulado a lo largo de nuestra historia y cuyo detonante fue la pretensión del gobierno uribista de imponer una reforma tributaria para favorecer a los ricos, en detrimento de trabajadores, trabajadoras y sectores populares. Esta situación se agrava aún más en un contexto de pandemia (COVID 19) en la que se han implementado decisiones inadecuadas que, una vez más, han afectado al ciudadano de a pie y evidentemente también a las medianas y pequeñas empresas. Es decir, las decisiones del Gobierno de Iván Duque han tenido implicaciones que se han convertido en una bola de nieve que ha desencadenado la indignación popular dentro y fuera del país. 

En un contexto de vulneración sistemática de derechos humanos en los escenarios de paro, se muestran grandes picos de violencia causados por la represión desatada por las fuerzas armadas estatales en contra de la población colombiana, en especial el así llamado Escuadrón Móvil Antidisturbios -ESMAD, que de acuerdo con las cifras de la ONG Temblores ha sido responsable de la muerte de 34 personas desde su creación en 1999. 

Este paro nacional que manifiesta su descontento con las medidas adoptadas por el gobierno Duque ha dejado a la fecha un saldo de 39 personas asesinadas, 12 victimas de violencia sexual, 89 desaparecidas, 831 detenciones arbitrarias y más de 1700 casos de violencia policial. Todo lo anterior, con la complicidad del partido de extrema derecha Centro Democrático y demás partidos políticos aliados del actual gobierno, así como de algunos medios de comunicación que, para defender los intereses de los grandes capitales a los que pertenecen, desinforman intentando crear narrativas como la de los supuestos “vándalos” o que se trata de movilizaciones guerrilleras, buscando deslegitimar el sentir ciudadano y sus justas reivindicaciones. 

Estamos en un contexto en el que es un deber como ciudadanas y revolucionarias apoyar y promover la movilización popular y la lucha en las calles, que es el único mecanismo que tenemos “lxs nadies” para denunciar los abusos de este gobierno,  y luchar contra sus pretensiones para aumentar la desigualdad y las condiciones de vida precarias para la mayoría de la sociedad que ya está cansada del despotismo de los aliados uribistas. Ahora bien, consideramos que no solo es fundamental apoyar el paro, sino que, como colectividad antiespecista, es nuestro deber, denunciar y actuar frente a las acciones violentas hacia los animales no humanos que se han ido presentando en el marco de esta coyuntura y que hacen parte de los hechos de violencia que se tienen que evidenciar y que, para nosotras, no pueden pasar desapercibidas. Queremos enunciar algunas: 

  • Buga-Valle del Cauca (3 de mayo 2021): Cerca de 300.000 pollitos fueron tirados a las vías en el Valle del Cauca, y dejados a su suerte para que murieran, con la excusa de que no tenían cómo alimentarlos a causa del bloqueo de las vías, según dijo el presidente de la “Federación Nacional de Avicultores de Colombia -FENAVI”, gremio que agrupa a las empresas avícolas en Colombia. 

Estos pollitos son un ejemplo de lo que sucede dentro del complejo industrial animal (CIA), que cada año explota, mutila, asesina y utiliza como mercancía a millones de animales no humanos con el fin de aumentar la acumulación de capital. Situación que se hizo evidente cuando, producto de las dinámicas del paro, este gremio sale a decir en público que no tienen cómo alimentar a los pollos y que por ello tienen que arrojarlos a que mueran en las vías, y que deja en evidencia nuevamente que la vida y dignidad de estos animales no importa, sino las cuantiosas pérdidas económicas que genera a esta maquinaria de explotación, además de promoverlo como instrumento para deslegitimar las justas demandas populares. 

  • Popayán- Cauca (4 de mayo de 2021): En el marco del paro nacional, dos perras que se encontraban en la vía Popayán fueron atropelladas y posteriormente apartadas de la carretera sin ser auxiliadas como si se tratara de cosas y no de seres sintientes. Una de las perras murió al instante mientras que la otra alcanzó a ser llevada a una veterinaria por habitantes del sector, en donde se encuentra en recuperación y en espera de un hogar definitivo.

En los videos de denuncia que circulan en redes sociales se relaciona el atropello con una caravana de chivas de la minga indígena en su paso por la capital caucana. Sin embargo, en días posteriores el Consejo Regional Indígena del Cauca- CRIC, emitió un comunicado de aclaración pública en el que expresa su tristeza frente al hecho ocurrido y señala  que no son responsables del hecho, pues después de una investigación interna, lograron verificar que los vehículos relacionados con el accidente no correspondían con los que transportaban a las comunidades indígenas que se movilizaron en apoyo al paro nacional. Dentro del comunicado también se destaca que dentro de la organización se valora la vida en todas sus formas incluyendo la de los animales que hacen parte de la madre naturaleza, por lo que lamentan el hecho ocurrido y declaran su atención a las investigaciones que se realicen al respecto. 

A pesar de las aclaraciones del CRIC, algunas personas siguen culpando a la minga del accidente, emitiendo todo tipo de calificativos xenófobos y racistas. Es nuestro deber rechazar estos comentarios que atentan contra la dignidad de los pueblos indígenas en Colombia, y que buscan deslegitimar y estigmatizar el accionar de estas comunidades en el marco del paro nacional. Consideramos que esta situación nos debe invitar a abrir un debate autocrítico dentro del movimiento animalista sobre la relación entre el colonialismo y el especismo. Pues estas dos formas de dominación no son antagónicas sino que, por el contrario, se refuerzan mutuamente. La idea de que las comunidades indígenas son “salvajes” e “incivilizadas” corresponde con la misma lógica colonial que considera que la naturaleza y los animales no humanos deben ser domesticados, dominados y explotados. La matriz moderna-colonial-patriarcal implica la construcción de clasificaciones jerárquicas dualistas a partir de la cuales se justifica que el elemento categorizado como superior domine al otro categorizado como inferior: lo civilizado por encima de lo primitivo, como lo masculino  sobre lo femenino, y lo humano sobre lo no humano.  Es por esto que, como colectividad, apostamos por transformar estas lógicas de dominación para construir una ética del cuidado ecofeminista que contemple el respeto por la naturaleza y las especies animales, tanto en los escenarios de movilización social como fuera de ellos. 

  • Puerto Tejada- Cauca (6 de mayo de 2021):  Se registró un robo masivo de cerdos en el marco de la manifestación, algunos de ellos fueron violentamente asesinados en el lugar, vale la pena señalar que ya se había registrado un hecho similar a  unos 25 km de allí, en el municipio de Miranda- Cauca.  

Situación de masacre que se da a diario en mataderos y criaderos del país donde los cerdos son golpeados, acuchillados, desmembrados y transportados en las peores condiciones. No obstante, se trató de un hecho que fue noticia por la coyuntura de “desabastecimiento de alimento” que vive el país, pero que el gobierno ha querido resaltar a su favor, aunque sea una situación de años en distintas regiones del país y que es causada precisamente por la desatención del estado y no necesariamente como consecuencia de las manifestaciones. Aunque las imágenes de los videos resultan desgarradoras, pues evidencia la violencia y discriminación especista que viven los animales destinados a la “producción carnica”, no fueron difundidas para condenar el maltrato animal y lo crueles que fueron estas personas con estos cerdos, que obviamente no tenían cómo defenderse, sino para generar solidaridad con la granja porcina que hace lo mismo a diario, solo que a puerta cerrada.  

  • Bogotá (5 de mayo de 2021): Smoking murió por envenenamiento luego de inhalar los gases disparados de manera indiscriminada por el ESMAD para reprimir las protestas en el marco del paro nacional, los gases  cayeron en la terraza en la que se encontraba el perro que también resultó víctima de este escuadrón de muerte que no solo ha cobrado vidas humanas sino también la vida de animales como aves y animales en situación de calle quienes han quedado expuestos a sus armas “no letales”.  Adicionalmente, es importante denunciar la manera en que esta fuerza policial ha utilizado caballos para pasar sobre manifestantes y  dispersar las protestas sociales, poniendo en riesgo la vida, no solamente de las personas sino de estos caballos. 

Por otra parte, debemos resaltar que en medio de esta coyuntura, se han presentado iniciativas positivas para los animales no humanos, como la de abrir refugios para animales abandonados y confinados en camiones en medio de los bloqueos del paro nacional, una propuesta liderada por la ONG Sinergia Animal y a la que se han sumado otras organizaciones, santuarios y refugios como Juliana´s Animal Sanctuary, Second Chances refugio animal, La Voz de Goyo y Santuario Animal Namigni. Ahora bien, hay que esperar la participación de los comerciantes de animales no humanos y su empatía e interés con la vida y bienestar de estos animales, una situación que difícilmente puede verse en esta cadena de producción. 

Ahora bien, los animales también ocupan un lugar en las narrativas políticas con las que la oposición pretende, acríticamente, deslegitimar a las élites al comparar las fuerzas represivas del Estado con algunos animales. “Cerdos”, “perros”, “burros”, “ratas”, entre otros, son los apelativos con los que se suelen referir a quienes llevan a cabo actos de violencia física, simbólica y estructural. La brutalidad política, la corrupción y la desigualdad que produce el capitalismo parecen, contra toda evidencia empírica, estar motivados por una “naturaleza animal”. Supuestamente no se trata de humanos sino de cerdos o ratas los que nos oprimen, no obstante, es evidente que los opresores no solo son humanos, sino que no hay evidencia alguna en la etología, la biología o la zoología que permita demostrar que estos comportamientos sean el resultado de un proceso de imitación del mundo animal.

Fuente: https://www.instagram.com/p/COj8AqxLMvk/?igshid=167tbmbd1sojs

Cuando un policía asesina a un manifestante, cuando el presidente presenta reformas para destruir aún más los pocos derechos de la población, o cuando un militar desplaza a una comunidad que defiende su legítimo derecho a la soberanía, no están imitando a ningún animal no humano. Esto es obvio, pero aún así seguimos actuando como si no lo fuera y eso tiene, sin duda alguna, implicaciones prácticas porque evadimos la discusión y las transformaciones que debemos producir en nuestras propias humanidades. Ahí es donde debe producirse el alboroto, la lucha y la disputa. Si hay que decapitar simbólicamente a alguien, es al sujeto que produce el capitalismo, la colonización y el patriarcado. A ese macho opresor que destruye la vida a su paso. Es más, es posible que en ese proceso nos venga muy bien imitar a los cerdos, a los perros o a las ratas. Es posible que en ellos encontremos algo que nosotros no hemos podido hacer. Pensemos, antes de utilizar a un animal como símbolo de muerte, odio y destrucción. Ya quisiéramos tener la nobleza e inteligencia de estos animales que se evocan negativamente durante las manifestaciones.

Resulta evidente que las razones del paro recogen el sentir de las mayorías colombianas. Como CEALA acompañamos las movilizaciones y demandas que trae consigo esta coyuntura, siempre con una mirada antiespecista, que vela y respeta la vida no solo de las personas sino también de los animales no humanos. Reconocemos la deuda histórica que tiene el Estado con las clases populares pero también, comprendemos que será imposible avanzar en la construcción de una sociedad libre de especismo y explotación sin lograr garantías para todas las personas. Es por ello que hacemos un llamado a la unidad de todas las fuerzas contra-hegemónicas, a la reflexión colectiva y al respeto y el cuidado de la vida como principio rector en la apuesta por una sociedad distinta.

– CENTRO DE ESTUDIOS ABOLICIONISTAS POR LA LIBERACIÓN ANIMAL – CEALA 

Foto Terry Hurtado

Animales & Sociedad